¿Qué es un aval bancario y para qué sirve?

En época de bienestar económico los bancos y cajas de ahorro solían conceder préstamos hipotecarios sin excesivas exigencias, por lo que el concepto del aval bancario fue cayendo poco a poco en el desuso.

 

No obstante, después de la reciente crisis económica la situación ha cambiado considerablemente, las entidades financieras se han vuelto más exigentes que nunca y ahora es necesario aportar un sinfín de pruebas de nuestra solvencia si queremos acceder a uno de estos productos bancarios. No obstante, ante esta situación de entidades financieras que ponen excesivas barreras de entrada a sus clientes, cada vez son más los servicios de créditos rápidos sin aval para los casos de emergencia en el que un individuo no puede permitirse demasiados papeleos ni tiempos de espera.

 

Todos sabemos lo que significa un avalista. Se trata de una persona jurídica o física que de forma totalmente voluntaria decide convertirse en la garantía de pago de un préstamo, en caso de que el prestatario no sea lo suficientemente solvente como para hacer frente a la deuda en un futuro. De esta forma, en caso de impago el avalista responde ante el prestamista en nombre del prestatario, haciendo frente a los pagos incluso con el embargo de sus bienes en caso de que fuera necesario.

 

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Imagen: attardabogados.com

 

Pero no cualquiera pueda ser avalista, sino que esta persona debe demostrar ante el banco que cuenta con una capacidad financiera suficiente como para servir de garantía.

 

¿Cómo funciona un aval bancario?

 

Pero cuando en lugar de avalarnos una persona física, como se suele dar en el caso de los préstamos personales, lo hace directamente una entidad financiera se le denomina aval bancario.

 

El aval bancario suele utilizarse especialmente para los alquileres de viviendas. El arrendador o persona que alquila la vivienda suele solicitar al inquilino un aval bancario para asegurarse de que el pago de las mensualidades se realizará como lo acordado.

 

Este aval bancario suele corresponderse en cantidad al pago de varias mensualidades (entre cuatro y cinco habitualmente). Evidentemente no se trata de un proceso obligatorio en el alquiler de una vivienda, sino que es una garantía adicional que utilizan algunos arrendadores para asegurarse de que cobrarán las cuotas de alquiler. Ya que en caso de que el inquilino se declare insolvente, el dinero depositado en el aval bancario se utilizará para realizar el pago.

 

¿Cómo solicitar un aval bancario?

 

Solicitar un aval bancario es relativamente sencillo. El primer paso consiste en solicitar al banco este documento que garantice la cantidad exigida por el arrendador. Después, la entidad financiera realizará un estudio de solvencia y determinará si se cumplen las condiciones necesarias para que el aval sea otorgado.

 

En la mayoría de casos se suele exigir también el ingreso de la cantidad del aval y dejarlo ahí inmovilizado. Además, también se dan comisiones relacionadas con el estudio, comisiones de apertura y cierre, que oscilan entre el 0.5% y el 1% del importe del aval..

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