La inspección ambiental se centra principalmente en aquellas industrias que son más susceptibles de generar agentes contaminantes que puedan suponer un riesgo para el medio ambiente y para las personas. Los laboratorios encargados de llevar a cabo estos procedimientos se aseguran que la normativa vigente en cuanto al tratamiento de residuos sea cumplida, así como también del análisis de muestras y caracterización.
Sin embargo, y aunque en el imaginario colectivo se halla la idea de que las industrias son los principales agentes contaminantes, lo cierto es que en nuestra rutina urbana convivimos entre muchas fuentes de contaminación que ayudan al empeoramiento de la atmósfera y del aire que respiramos. A continuación desgranamos algunos de ellos:
Sistemas de climatización
Buena parte del dióxido de carbono no sólo procede de las mencionadas industrias, sino también de los sistemas de calefacción y refrigeración. El uso de estos equipos, tanto en los meses fríos como en los calurosos, es cada vez más extendido, razón por la cual el aumento de emisiones de este tipo es una constante en las zonas urbanas. Con tal de paliar esto, es muy importante invertir en equipos de climatización que resulten amigables a efectos ambientales. Muchos sistemas cuentan con diseños específicos para resultar eficientes al tiempo que suponen un impacto muy reducido, como por ejemplo aquellos que utilizan gas R32.
Contaminación en carretera
Uno de los grandes emisores de monóxido de carbono es, sin duda alguna, el tráfico urbano. Los vehículos privados (los más numerosos) son los causantes de gran parte de la contaminación que experimentamos en las ciudades y que alteran de forma dramática la calidad del aire que respiramos, derivando en enfermedades de tipo respiratorio. Es importante apostar al máximo por medios de transporte colectivos (autobuses, metro, tren) en vez de los coches y las motocicletas; de esta manera contribuiremos a urbes más limpias y menos congestionadas. La bicicleta también resulta una excelente opción, no solamente por lo ecológico de su utilización, sino también como medio para realizar deporte regular.
La gestión de la basura
Cada hogar genera una gran cantidad de basura de forma regular que va a parar a los vertederos y que hace un flaco favor al equilibrio medio ambiental, incapaz de absorber tamaña cantidad de residuos acumulados día tras día. Si bien no podemos dejar de generar basura, lo cierto es que podemos hacer un uso mucho más consciente de los recursos para evitar el descontrol. Apostar por los materiales reciclables y por los envases ecológicos puede resultar un aspecto diferencial; y, por supuesto, separar la basura para su reciclaje resulta imprescindible. Plásticos, papel y vidrio por un lado; residuos orgánicos, por el otro. Estos últimos son muy útiles para generar compost (abono) y dar una segunda vida útil a los desperdicios, reutilizando recursos y necesitando generar menos.
Todo esto, sumado a un uso consciente del agua y de la electricidad no sólo resultará en un menor coste de vida que ayudará a nuestro bolsillo, sino que también actuará como medida de gran utilidad para mejorar el estado del medio y garantizar el futuro de las próximas generaciones.